viernes, febrero 29, 2008

Memorias de China (Jiang Xiao)

Nací en 1972, el mismo año que el personaje Ling Ling de mi película "Memorias de China". Aunque su historia no es la mía, tengo dulces recuerdos de mi niñez en los cines al aire libre. Crecí en una época de grandes carencias materiales y espirituales en China. En aquel entonces no había televisión ni Internet; ni siquiera teníamos teléfonos. Y sin embargo lo recuerdo como un momento feliz, sobre todo porque veíamos muchas películas al aire libre. La oferta era muy escasa: la mayoría eran películas locales de carácter político o "revolucionarias". Pero la pasión por el cine ya se había apoderado de mí. Nunca soñé que llegaría a ser directora de cine.

Memorias de China
Jiang Xiao

La función clave del cortometraje en la formación del audiovisual en España (Juan Carlos Martínez Rodríguez)

Desde inicios de la década pasada el cortometraje ha experimentado profundas transformaciones que le han llevado a convertirse por fin en un género audiovisual con entidad y problemática propias. Aumento de la producción, la incursión de las tecnologías digitales, eclosión de festivales especializados, etc... son sólo algunos de los aspectos esenciales para entender dicha evolución.
El corto en sí mismo es una forma de expresión audiovisual que merece la máxima consideración e interés.

La función clave del cortometraje en la formación del audiovisual en España
Juan Carlos Martínez Rodríguez

jueves, febrero 28, 2008

La hija del caníbal (Rosa Montero) [Madurar]

Con los años, los humanos nos solemos ir achicando por dentro. De las mil posibilidades de ser que tenemos todos, a menudo acabamos imponiendo sólo una: y las demás se petrifican, se marchitan. Los escritores-profetas del sentimiento ñoño le llaman a eso madurar, aclararse las ideas y asumir la edad, pero a mí me parece que es como pudrirse. Ahí están luego esos muertos vivientes: les conozco. Hombres y mujeres cuarentones, tal vez bien situados, incluso triunfantes en su profesión, que de cuando en cuando suspiran y te dicen: «A mí antes me gustaba tanto hacer deporte...» (ahora la sedentariedad les ha convertido en gordos infames), «de joven me encantaba escribir» (ahora no sólo no escriben ni una sílaba, sino que además el único libro que han leído en los últimos cinco años es el manual de instrucciones del vídeo), o bien «no te lo creerás, pero yo antes vivía al día, disfrutaba haciendo cosas imprevistas y me pasé un año recorriendo Europa a dedo» (y, en efecto, resulta difícil de creer, porque ahora el tipo en cuestión es tan vital como una acelga y tan móvil como un champiñón, y ni siquiera se atreve a comprar el periódico en el quiosco sin haberlo reservado antes por teléfono). Todos ellos acarrean en su interior una colección de momias, todos tienen por almario una necrópolis.

La hija del caníbal
Rosa Montero

La busca (Pío Baroja) [Australia]

Juan Manuel Núñez, hace una fortuna regular, se casa con una criolla y tiene dos hijas: Augusta y Margarita. Augusta, la menor, se casa con mi padre, Ricardo Hasting, que era un calavera que se escapó de su casa, y Margarita, con un militar, el coronel Buenavida. Vienen todos a España en muy buena posición, mi padre se mete en negocios ruinosos, y ya arruinado, no sé por dónde averigua que la fortuna del cura Núñez de Letona está a disposición de los herederos; va a Inglaterra, hace su reclamación, le exigen documentos, saca las fes de bautismo de los antepasados de su mujer y se encuentra con que la partida de nacimiento del cura don Fermín no se encuentra por ningún lado. De pronto, mi padre deja de escribir y pasan años y años, y al cabo de más de diez recibimos una carta participándonos que ha muerto en Australia.

La busca
Pío Baroja

miércoles, febrero 27, 2008

El engranaje de las mariposas (Kike Babas)

El pulso del día lo fío en el Bar. Y si no me entero de nada, perfecto, que para eso también está. En el mismo barrio y con la misma gente. Ahí se me han ido fumando los años más intensos de mi vida, los que he tenido. El Bar me presentó a tu madre, así que eres de raíz aquel primer brindis, un beso en cada mejilla. Su suelo se tragó los esputos de mi primera tuberculosis; sus paredes rieron escandalizadas al saberse las conexiones de mis condilomas, que pasaron a ser nuestros. En silencio cómplice asistió a la sangrante pérdida de encías. Ora fue cálido rincón oscuro, ora cruel circo mediático, con alguno de los romances de mi vida, que también se bebieron allí. Y testigo poco mudo de mis otras paternidades. Aquí celebré todos los cumpleaños de otros y alguno mío, y varias nocheviejas de tripi y fiestas de disfraces en invierno. En su baño todos hemos sido camellos. En algún momento llegamos a pensar que el Bar era el centro del mundo y nosotros invencibles; hasta que fuimos viendo que no. En el Bar se nos murió Uli, volando en parapente. Y Fernando. E Isra. Y Satanillas. Y Dazo. Y el gran Juanito.

El engranaje de las mariposas
Enrique Suárez Caicedo, Kike Babas

martes, febrero 26, 2008

La decadencia de Occidente (Oswald Spengler)

Al Fausto de la primera parte de la tragedia, al investigador apasionado en las noches solitarias, sigue consecuentemente el Fausto de la segunda parte, el Fausto del nuevo siglo, el tipo de una actividad puramente práctica, de amplio horizonte y orientada hacia fuera. Goethe, psicólogo, ha previsto el futuro de Europa occidental. He aquí la civilización ocupando el puesto de la cultura, el mecanismo externo en lugar del organismo interno, el intelecto, petrificación del alma, substituyendo al alma extinta. Como Fausto al principio y al final del poema, así se oponen en la antigüedad el heleno de la época de Perícles y el romano de la época de César.

La decadencia de Occidente
Oswald Spengler

El péndulo de Foucault (Umberto Eco) [Verdadera historia]

En Chartres alguien ha tapiado la cripta que comunica con el lugar subterráneo donde aún está la estatua pagana originaria, pero si se busca bien todavía es posible encontrar una virgen negra, Notre-Dame du Pillier, esculpida por un canónigo odinista. La estatua tiene en su mano el cilindro mágico de las grandes sacerdotisas de Odin y a su izquierda está esculpido el calendario mágico en el que aparecían, lamentablemente, digo que aparecían porque esas esculturas no se han salvado del vandalismo de los canónigos ortodoxos, los animales sagrados del odinismo, el perro, el águila, el león, el oso blanco y el licántropo. Por lo demás, a ninguno de los estudiosos del esoterismo gótico se les ha pasado que en Chartres también hay una estatua que sostiene la copa del Grial. ¡Ay, señores! Si aún supiésemos leer la catedral de Chartres, no según las guías turísticas católicas apostólicas y romanas, sino sabiendo ver, digo ver con los ojos de la tradición, la verdadera historia que esa fortaleza de Erec cuenta...

El péndulo de Foucault
Umberto Eco

Rumbo a Tartaria (Robert D. Kaplan) [Serbia y Kosovo]

En la cafetería de la Universidad Norteamericana de Bulgaria, con vistas a la plaza de la ciudad y las montañas que se alzan detrás, me senté a comer con un grupo de estudiantes de dieciocho y diecinueve años procedentes de Serbia, Albania y la región albanesa de Kosovo. Todos ellos hablaban un inglés impecable y habían obtenido una alta calificación en los exámenes de acceso a la universidad. Formaban parte de una nueva elite global, se expresaban con comodidad en varias lenguas y se encontraban a sus anchas en muy diversos ambientes culturales. Sin embargo, como habían crecido en países castigados por la pobreza que conllevaron el comunismo y las divisiones étnicas, mostraban un realismo que a menudo no tenían ni los más maduros estudiantes norteamericanos de su misma edad.
Durante mi estancia allí, ya había empezado la lucha, en pequeña escala, entre las fuerzas de seguridad serbias y el Ejército de Liberación de Kosovo integrado por combatientes de etnia albanesa. Un estudiante de Serbia manifestó que Milosevic era consciente de que no podía mantenerse p9or tiempo indefinido en Kosovo, pero sólo estaba dispuesto a conceder la autonomía a los albaneses después de una sangrienta internacionalización de la crisis y cuando se llegara a una punto en el que pudiera culpar a Occidente de su pérdida.
- Si Estados Unidos no interviene pronto, morirán muchos más albaneses antes de que Milosevic vea llegado ese punto – dijo el estudiante de Serbia.
Y, en esencia, eso fue lo que ocurrió un año después.
Un joven albanés de Kosovo añadió:
- Es posible que la nueva elite criminal de Serbia necesite que Occidente imponga más sanciones, pues cuantas más sanciones más dinero ganará.
La discusión continuó a ese mismo nivel. Aunque los estudiantes no estaban completamente de acuerdo, el serbio y el albanés se marcharon de la mesa agarrados del brazo. El espíritu de la democracia estadounidense y la libre búsqueda intelectual habían operado sutilmente su magia en estos chavales.
En Europa oriental los intereses estadounidenses y rusos seguían en conflicto.

Rumbo a Tartaria
Robert D. Kaplan

lunes, febrero 25, 2008

Con la Tierra nos basta (Isaac Asimov)

Araman habló por fin, dando todavía vueltas a las hojas que tenía ante él.
- Debe usted tener en cuenta, doctor Potterley, que la cronoscopia, o el panorama de una época si lo prefiere, es un proceso difícil.
El doctor Potterley, al verse interrumpido, frunció el entrecejo y replicó:
- Únicamente solicito ciertas escenas seleccionadas de épocas y lugares que yo indicaría.
Araman suspiró.
- Incluso algunas escenas, incluso una sola... El nuestro es un arte increíblemente delicado. Está la cuestión del enfoque, la obtención de la debida perspectiva y el mantenimiento de la escena. Y la sincronización del sonido, que proviene de circuitos completamente independientes.

Con la Tierra nos basta
Isaac Asimov

viernes, febrero 22, 2008

Como agua para chocolate (Laura Esquivel)

Gertrudis necesitaba de la receta, sin ella sería incapaz de hacer nada! Con cuidado empezó a leerla y a tratar de seguirla: Se bate una clara de huevo en medio cuartillo de agua para cada dos libras de azúcar o piloncillo, dos claras de huevo en un cuartillo de agua para cinco libras de azúcar y en la misma proporción para mayor o menor cantidad. Se hace hervir el almíbar hasta que suba tres veces, calmando el hervor con un poco de agua fría, que se echará cada vez que suba. Se aparta entonces del fuego, se deja reposar y se espuma; se le agrega después otra poca de agua junto con un trozo de cáscara de naranja, anís y clavo al gusto y se deja hervir. Se espuma otra vez y cuando ha alcanzado el grado de cocimiento llamado de bola, se cuela en un tamiz o en un lienzo tupido sobre un bastidor. Gertrudis leía la receta como si leyera jeroglíficos. No entendía a cuánta azúcar se refería al decir cinco libras, ni qué era un cuartillo de agua y mucho menos cuál era el punto de bola. ¡La que estaba verdaderamente hecha bolas era ella!

Como agua para chocolate
Laura Esquivel

Adán Buenosayres (Leopoldo Marechal) [La receta única]

¡Ahora veréis, mis hermanos, cómo perdí las ovejas del Señor! Entre los siete pecados capitales que asedian al hombre y le obligan a presentar batalla, tocóme a mí el de la gula, vicio grosero que, como ningún otro, rebaja el nivel del hombre hasta el oscuro plano de la bestia. […] Nunca dije misa que no fuera la del alba, y galopando en el Misal hacia un sabroso desayuno. Muchas veces, al atardecer, el penitente que aguardaba mi absolución en la rejilla del confesionario recibió tan sólo el ronquido y eructo de mis laboriosas digestiones. El resto de mi día, que no era escaso, lo dedicaba, no a frecuentar las Sagradas Escrituras, sino a buscar en libros de cocina tan raros como engañosos la receta única, el manjar bizantino que luego aderezaría yo en mis hornallas y cuyo aroma, divulgándose por el vecindario, haría reír a los ahítos y blasfemar a los hambrientos.

Adán Buenosayres
Leopoldo Marechal

Codex Romanoff [Modales y usos en la mesa] (Leonardo da Vinci)

Si hay un asesinato planeado para la comida, entonces lo más decoroso es que el asesino tome asiento junto a aquel que será el objeto de su arte, y que se sitúe a la izquierda o a la derecha de esta persona dependerá del método del asesino, pues de esta forma no interrumpirá tanto la conversación si la realización de este hecho se limita a una zona pequeña. En verdad, la fama de Ambroglio Descarte, el principal asesino de mi señor Cesare Borgia, se debe en gran medida a su habilidad para realizar su tarea sin que lo advierta ninguno de los comensales y, menos aún, que sean importunados por sus acciones.
Después de que el cadáver, y las manchas de sangre, de haberlas, haya sido retirado por los servidores, es costumbre que el asesino también se retire de la mesa, pues su presencia en ocasiones puede perturbar las digestiones de las personas que se encuentren sentadas a su lado, y en este punto un buen anfitrión tendrá siempre un nuevo invitado, quien habrá esperado fuera, dispuesto a sentarse a la mesa en este momento.

Modales y usos en la mesa, del Codex Romanoff
Texto atribuido a Leonardo da Vinci

Este es mi pueblo (Albert Einstein) [Comunidad milenaria]

Nos hemos congregado hoy para recordar a la antigua comunidad milenaria, su destino y sus problemas. La nuestra es una comunidad de tradición moral, que supo demostrar y evidenciar su capacidad vital y su fortaleza en los años de penurias. De la misma surgieron, en todos los tiempos, varones que encarnaron la conciencia del mundo occidental, defensores de la dignidad humana y de la justicia.
Mientras esta comunidad se halle arraigada en nuestros corazones, subsistirá en beneficio de la humanidad, no obstante carecer de una organización completa.

Este es mi pueblo
Albert Einstein

jueves, febrero 21, 2008

Cuando el exilio permanece y dura (Adolfo Sánchez Vázquez)

El exilio sigue siendo una prisión, aunque tenga puertas y ventanas, y calles y caminos, si se piensa que el exiliado tiene siempre ante sí un alto, implacable, y movedizo muro que no puede saltar. Es prisión y también muerte; muerte lenta que recuerda su presencia cada vez que se arranca la hoja del calendario en el que está inscrito el sueño de la vuelta […] El exilio es un desgarrón que no acaba de desgarrarse, una herida que no cicatriza, una puerta que parece abrirse y que nunca se abre. El exiliado vive siempre escindido: de los suyos, de su tierra, de su pasado. Y a hombros de una contradicción permanente: entre una aspiración a volver y la imposibilidad de realizarla.

Cuando el exilio permanece y dura
Adolfo Sánchez Vázquez

Entrevista a Arturo Pérez-Reverte

Yo no tengo nada contra los abogados, pero es que estamos en manos de ellos. Casi todos nuestros políticos lo son y muchos manifiestan lo peor de la abogacía: el leguleyismo. Además, hay una profunda incultura parlamentaria. No creo que muchos diputados hayan leído un solo discurso de Cánovas, Sagasta, Prieto, Azaña, Gil Robles o Calvo Sotelo. Desconocen la tradición parlamentaria de la Restauración y de la II República. Estamos en manos de unos políticos que están haciendo una España virtual que no tiene nada que ver con la realidad. Si paras en cualquier taberna de pueblo o cualquier bar de carretera, allí donde haya trabajadores, te das cuenta de un divorcio absoluto. Se han construido una España política sólo para ellos, en la cual medran y se acuchillan, aunque luego se van a comer juntos tras el número parlamentario. Y esto es indignante.

Entrevista a Arturo Pérez Reverte

miércoles, febrero 20, 2008

Tesoro de la Lengua Castellana o Española [Gabacho] (Sebastián de Covarrubias)

Gavacho: Ay unos pueblos en Francia, que confinan con la provincia de Narbona; Strabon y Plinio los llaman gabales, Caesar gabalos. A éstos llama Belteforestio gavachus y nosotros gavachos. Esta tierra debe ser mísera, porque muchos de estos gavachos se vienen a España y se ocupan de servicios bajos y viles, y se afrentan cuando los llaman gavachos. Con todo esso buelven a su tierra con muchos dineros y para ellos son buenas Indias los reynos de España.

Tesoro de la Lengua Castellana o Española
Sebastián de Covarrubias

Episodios Nacionales - Juan Martín el Empecinado (Benito Pérez Galdós)

Basta de farsas. Ello es que nosotros luchamos, nosotros nos batimos y para nosotros no hay pagas, para nosotros no hay recompensa, para nosotros no hay más que palos, fríos, calores, lluvias, fatigas y por último una muerte gloriosa que para maldito nos sirve, si es que no nos coge en pecado mortal, para acabar de divertirse uno en los infiernos. [...] En resumidas cuentas, se acabará la guerra, y los que lo han hecho todo quedaránse más pobres que antes, mientras que los uñilargos irán a Madrid a comerse en paz lo que han merodeado a nuestra costa. ¡Si somos unos héroes, Sr. D. Juan Martín; si la historia se va a ocupar de nosotros y a ponernos por las nubes!...; pero comeremos pedazos de gloria y páginas de libro.

Juan Martín el Empecinado, de los Episodios Nacionales
Benito Pérez Galdós

martes, febrero 19, 2008

Una habitación propia (Virginia Woolf)

Shakespeare tenía una hermana; pero no busquéis su nombre en la vida del poeta escrita por Sir Sydney Lee. Murió joven... y, ay, jamás escribió una sola palabra. [...] Ahora bien, yo creo que esta poetisa que jamás escribió una palabra y se halla enterrada en una encrucijada vive todavía. Vive en vosotras y en mí, y en muchas otras mujeres que no están aquí esta noche porque están lavando los platos y metiendo a los niños en la cama. Pero vive; porque los grandes poetas no mueren; son presencias continuas; sólo necesitan la oportunidad de andar entre nosotros hechos carne. [...] Si nos hemos acostumbrado a la libertad y tenemos el valor de escribir exactamente lo que pensamos; si nos evadimos un poco de la sala de estar común y vemos a los seres humanos no siempre desde el punto de vista de su relación entre ellos, sino de su relación con la realidad... si encaramos el hecho, porque es un hecho, de que no hay ningún brazo al que aferrarnos, sino que estamos solas, y de que estamos en el mundo de la realidad y no sólo en el mundo de los hombres y las mujeres, entonces, llegará la oportunidad y la poetisa muerta que fue la hermana de Shakespeare recobrará el cuerpo del que tan a menudo se ha despojado.[...] En cuanto a que venga si nosotras no nos preparamos, no nos esforzamos, si no estamos decididas a que, cuando haya vuelto a nacer, pueda vivir y escribir su poesía, esto no lo podemos esperar, porque es imposible. Pero yo sostengo que vendrá si trabajamos por ella, y que hacer este trabajo, aun en la pobreza y la oscuridad, merece la pena.

Una habitación propia
Virginia Woolf

Lady sings the blues (Billie Holiday) [Ser uno mismo]

Todos tienen que ser diferentes. No puedes copiar a alguien con la esperanza de funcionar mejor. Si copias, trabajarás sin verdaderos sentimientos. Y sin sentimientos, todo lo que hagas equivaldrá a nada.
En toda la tierra no hay dos personas idénticas, y lo mismo tiene que suceder en la música, de lo contrario no será música.
Nunca olvidaré a ese español maravilloso, Pau Casals, que una vez tocó el violonchelo por la tele. Cuando terminó de interpretar a Bach, lo entrevistó una pollita norteamericana.
- Cada vez que lo toca lo hace de manera distinta -dijo efusivamente la entrevistadora.
Casals contestó:
-Tiene que ser distinta. No podría ser de otra manera. Así es la naturaleza, y nosotros somos naturaleza.
Ya ves. Ni tú mismo puedes ser como fuiste, para no hablar de ser como otro.

Lady sings the blues
Billie Holiday

lunes, febrero 18, 2008

La generación precaria (Marta García Aller)

Fuimos los primeros en tener tanta libertad de movimiento desde que éramos adolescentes. Vivíamos en un simulacro de independencia económica. Hemos viajado más en los últimos tres o cuatro años que nuestros padres en toda su vida. Las opciones y la libertad de elección han sido una parte fundamental de nuestra educación.
Nosotros, tan democráticos y negociantes, queremos ahora estar convencidos de todo lo que hacemos a cada paso. Aunque agradecidos por tener tantas opciones, a veces echamos de menos aquella época de las películas de Garci en las que la profesión y la pareja se elegían una vez y para toda la vida.
Estar perdido en la búsqueda de uno mismo parece un rasgo sintomático de quienes rondan la treintena, no sólo en España, sino también en el resto de países europeos. La juventud se está alargando hasta el infinito y más allá.

La generación precaria
Marta García Aller

Sonar y pensar (Ignacio Castro Rey)

No hay libertad sin pared a derribar, no hay música sin muralla sonora a destruir. Las paredes son necesarias, la disciplina de escuela es necesaria. Quien es demasiado libre ha de inventarse un amo, un temible Superyó: por ejemplo, aprender a obedecer al silencio. No hay autoridad más temible que la del silencio. Y esto matiza tal vez la revolución de Webern, Schönberg y todo lo que se deriva de la escuela de Viena. La abstracción, la serialidad dodecafónica, la ruptura fractal no pueden esquivar la figura, la necesidad de hacer cantar al sentido. De hecho, lo abstracto, la desaparición -el amado silencio de Cage- es un efecto de lo sólido, una deriva de la figura, una forma de leerla. En todo arte, de Mozart a Velázquez, hay abstracción: de otro modo no se aproximaría a la vida individual, que es siempre una abstracción encarnada. De otra manera no se conquista lo imposible de lo real, su espectro. Cada vez que construimos un castillo, se puebla de fantasmas. Esta es la virtud de la forma: no puede evitar convocar a lo informe. El reto de la música es éste, dialogar con el virus que late en la melodía mayoritaria.

Sonar y pensar
Ignacio Castro Rey