El Comité de Acción Política de Defensa o el CAP-D. tal como inmediatamente se dio a conocer por doquier, hizo su clamorosa entrada en el sombrío y corrupto mundo de las finanzas políticas. Jamás en la historia política reciente había habido un comité de acción política que hubiera gozado de un respaldo tan poderoso.
La semilla inicial del dinero la había sembrado un financiero de Chicago llamado Mitzger, un ciudadano con doble nacionalidad estadounidense e israelí. Este había aportado el primer millón, que había durado aproximadamente una semana. Otros acaudalados judíos habían sido atraídos rápidamente a la causa, pero sus personalidades se escondían detrás de las empresas y las cuentas bancarias de los paraísos fiscales.
Teddy Maynard era consciente de los peligros que hubiera entrañado el hecho de que un grupo de millonarios judíos aportara abiertamente dinero de forma organizada a la campaña de Lake. De ahí que hubiera dejado en manos de unos viejos amigos suyos de Tel Aviv la administración del dinero en Nueva York.
Nlítzger era un liberal en materia política, pero, para él, nada podía ser más importante que la seguridad de Israel.
Aaron Lake se mostraba excesivamente moderado en cuestiones sociales, pero también se tomaba muy en serio el tema de las fuerzas armadas. La estabilidad de Oriente Próximo dependía de que Estados Unidos fuera una nación fuerte, por lo menos a juicio de Mitzger.
La Hermandad
John Grisham
La semilla inicial del dinero la había sembrado un financiero de Chicago llamado Mitzger, un ciudadano con doble nacionalidad estadounidense e israelí. Este había aportado el primer millón, que había durado aproximadamente una semana. Otros acaudalados judíos habían sido atraídos rápidamente a la causa, pero sus personalidades se escondían detrás de las empresas y las cuentas bancarias de los paraísos fiscales.
Teddy Maynard era consciente de los peligros que hubiera entrañado el hecho de que un grupo de millonarios judíos aportara abiertamente dinero de forma organizada a la campaña de Lake. De ahí que hubiera dejado en manos de unos viejos amigos suyos de Tel Aviv la administración del dinero en Nueva York.
Nlítzger era un liberal en materia política, pero, para él, nada podía ser más importante que la seguridad de Israel.
Aaron Lake se mostraba excesivamente moderado en cuestiones sociales, pero también se tomaba muy en serio el tema de las fuerzas armadas. La estabilidad de Oriente Próximo dependía de que Estados Unidos fuera una nación fuerte, por lo menos a juicio de Mitzger.
La Hermandad
John Grisham
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