Amo la palabra ya que en ella habita la idea y reside el primer huevecillo de la literatura, ese raro y punto menos que misterioso planeta cuya consideración hoy nos convoca aquí, en esta mañana de primavera. Goethe temía a las palabras, en plural -en el Fausto dice que cuando faltan ideas siempre hay palabras para substituirlas-, pero yo hablo ahora de otra cosa, yo discurro ahora sobre la palabra en singular esencia.
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No puedo arrepentirme de haber visto pasar la vida entera con la pluma en la mano, yo ya no puedo dar marcha atrás por haberme pasado la vida escribiendo, tampoco quiero ni debo hacerlo y proclamo mi lealtad a mi oficio. Me reconforta pensar que la palabra tiene su mejor premio en sí misma, y doy gracias a Dios, también a los hombres, por no haberme querido mudo ni muerto.
Discurso en la entrega del Premio Cervantes
Camilo José Cela
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No puedo arrepentirme de haber visto pasar la vida entera con la pluma en la mano, yo ya no puedo dar marcha atrás por haberme pasado la vida escribiendo, tampoco quiero ni debo hacerlo y proclamo mi lealtad a mi oficio. Me reconforta pensar que la palabra tiene su mejor premio en sí misma, y doy gracias a Dios, también a los hombres, por no haberme querido mudo ni muerto.
Discurso en la entrega del Premio Cervantes
Camilo José Cela
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