martes, diciembre 04, 2007

El pesimista corregido (Santiago Ramón y Cajal)

Veo negro y siento frío. Me parece que una ola tenebrosa de la noche estelar penetra en mi alma; que la temperatura glacial de los espacios interplanetarios me empapa como el errabundo aerolito; que las células de mi cuerpo pugnan por dispersarse como enjambre de abejas enloquecidas... ¡Lástima que la muerte suspenda la conciencia sin transferirla del cerebro a la célula y de ésta a la molécula! Momento felicísimo debe ser para los átomos de carbono y de nitrógeno encarcelados en los albuminoides del protoplasma el de la liberación definitiva y su libre expansión en los amplios dominios de la atmósfera. ¡Qué placer más grande sería sentirse disolver en la nada; ocultarse de la luz, aleteando sin rumor, como el murciélago que se refugia en la caverna; caer en el abismo, a semejanza del barco zozobrado en las tinieblas, sin producir espumas ni remolinos visibles, sin dejar, en fin, en ningún corazón, el amargor de un sentimiento!

El pesimista corregido
Santiago Ramón y Cajal

4 comentarios:

vb dijo...

sin producir espumas ni remolinos visibles, sin dejar, en fin, en ningún corazón, el amargor de un sentimiento!

¡Lástima que la muerte suspenda la conciencia sin transferirla del cerebro a la célula y de ésta a la molécula!

aleteando sin rumor,

que buenas imágenes, me gustó, tiene fuerza. ( a pesra de que se complica con carbono, nitrógeno, prtotoplasma, que lo desvían por un momento)

creo que sin el amargor de un sentimiento sería difícil el placer, pero entiendo... a veces es necesaria esa ilusión!

vb dijo...

a bueno, acabo de darme cuenta de que no lo habías escrito tú, jeje.
bueno.. el comentario vale igual.

juanitosoy dijo...

Lo cierto es que, a pesar de que la prosa del Premio Nóbel Santiago Ramón y Cajal me parece decimonónica en exceso, este fragmento resulta gustoso y desazonador; además parece retratar al científico, le va como un guante de látex...
Gracias por pensar que era mío, vb... es un verdadero halago.

rubén dijo...

Por el contrario, a mí me gusta por decimonónico. Buena elección. También me gustó muy especialmente la de Canetti.