Fuimos los primeros en tener tanta libertad de movimiento desde que éramos adolescentes. Vivíamos en un simulacro de independencia económica. Hemos viajado más en los últimos tres o cuatro años que nuestros padres en toda su vida. Las opciones y la libertad de elección han sido una parte fundamental de nuestra educación.
Nosotros, tan democráticos y negociantes, queremos ahora estar convencidos de todo lo que hacemos a cada paso. Aunque agradecidos por tener tantas opciones, a veces echamos de menos aquella época de las películas de Garci en las que la profesión y la pareja se elegían una vez y para toda la vida.
Estar perdido en la búsqueda de uno mismo parece un rasgo sintomático de quienes rondan la treintena, no sólo en España, sino también en el resto de países europeos. La juventud se está alargando hasta el infinito y más allá.
La generación precaria
Marta García Aller
Nosotros, tan democráticos y negociantes, queremos ahora estar convencidos de todo lo que hacemos a cada paso. Aunque agradecidos por tener tantas opciones, a veces echamos de menos aquella época de las películas de Garci en las que la profesión y la pareja se elegían una vez y para toda la vida.
Estar perdido en la búsqueda de uno mismo parece un rasgo sintomático de quienes rondan la treintena, no sólo en España, sino también en el resto de países europeos. La juventud se está alargando hasta el infinito y más allá.
La generación precaria
Marta García Aller
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