martes, julio 22, 2008

París rebelde (Ignacio Ramonet y Ramón Chao)

Llegamos al Tabou, una sala de jazz minúscula, imprescindible en el París que se recomponía después de la Segunda Guerra Mundial. Animaban la sala los acordes, las melodías de Alain y Boris Vian con su orquesta.
Boris el rebelde, que cruzó la vida como un meteoro, tocaba la trompeta de bolsillo a la que llamaba “trompineta”. Por allí pasaba Juliette Gréco, encarnación del existencialismo, así como la juventud inquieta del momento.
Vian llevaba una vida de pordiosero. “¡Ah! Si tuviera franco y medio”, cantaba para resumir su situación. Y encima tuvo que dejar de soplar por fallo en los pulmones. Abandona el Tabou y promueve el club Saint-Germain-des-Pres con Duke Ellington, Charlie Parker, Miles Davis y otros americanos.
Metomentodo genial, Vian mereció numerosos ataques, y no sólo por parte de los defensores del orden establecido, sino también de la izquierda razonable: molestaba a la República de los partidos, de las letras y de las artes.

París rebelde
Ignacio Ramonet y Ramón Chao

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