lunes, noviembre 05, 2007

Llueve sobre Gaza (Hernán Zin)

Las olas rompen con furia en la playa. Toman altura, avanzan y se precipitan en la arena. Su ahogado clamor oculta el sonido de los tanques que esta mañana han comenzado a disparar sus obuses contra los pueblos del norte de la franja de Gaza.
Durante unos segundos me olvido del dolor, la rabia y la muerte que nos rodean. Una vez más me digo que éste podría ser un lugar de extraordinaria belleza. Observo la arena reverberante de luz, el cielo azul, límpido, surcado de nubes blancas. Siento la brisa cargada de sal y humedad que emana del mar. Sin embargo, llevo el suficiente tiempo aquí, compartiendo el sufrimiento y la desesperación de esta gente, para saber que se trata de una tregua momentánea, ilusoria, que en cualquier instante llegará a su fin.
Sólo el mar Mediterráneo ofrece el vago espejismo de una salida, de una escapatoria. Quizá debido a que su vasta presencia habla del paso del tiempo, de los hombres que a lo largo de los siglos fatigaron sus aguas pletóricos de sueños, de nostalgias, de anhelos de poder. Tarde o temprano, todo pasa. La vida misma es una experiencia efímera.

Llueve sobre Gaza. Vida y muerte en tierra sitiada
Hernán Zin

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