La música es el mejor de los consuelos por el solo hecho de no crear palabras nuevas. Incluso cuando se les pone música a unas palabras, su magia sobrepasa y borra el peligro que ellas conllevan. Pero cuando es más pura es cuando se toca para sí misma. Uno cree en ella de un modo incondicionado, porque la seguridad que infunde es una seguridad de los sentimientos. Su fluencia es más libre que todo lo que parece posible en el ser humano, y en esta libertad está la salvación. Cuanto más poblada esté la tierra y cuanto más domine la máquina en la configuración de la vida del hombre, tanto más imprescindible se va a hacer la música. Vendrá un tiempo en que sólo por ella podrá el hombre escapar a las estrechas mallas de las funciones, y el dejarla como una inmensa reserva de libertad, una reserva libre de toda influencia, va a ser la tarea más importante de la vida espiritual del futuro. La música es la verdadera historia viviente de la Humanidad, una historia de la cual, sin ella, sólo poseemos partes muertas. No es preciso que saquemos de ella nada porque ella está siempre entre nosotros, y basta con oír ingenuamente; todo lo que no sea esto es un aprender inútil.
La provincia del hombre
Elías Canetti
La provincia del hombre
Elías Canetti
2 comentarios:
Quizá la música importe un lenguaje secreto. Mozart se comunicaba con la música, y ni siquiera podía hilar dos a tres palabras en una carta escrita. Conocido es el hecho de lo vulgar que era cuando escribía cartas de amor...
Hola Max:
La verdad es que yo no conocía lo vulgar que era Mozart (ahora que lo pienso, sólo leí algo sobre el tema en una novelita titulada La ópera secreta, de Javier Urzay)...
Pero sí, la música "importa un lenguaje secreto". ¿Se lo decimos a todos?
Un abrazo!
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