Es una avezada observadora, con memoria fotográfica. Esta doble cualidad hace de ella una artista: su amor, su entusiasmo por el artificioso mundo de la música, el canto y la danza, y su fascinación compasiva por la vida real... su humanidad. Su producción artística son los números musicales a los que se retrae cuando está con el agua al cuello; fragmentos de la comedia musical de Selma... que no se parece a ninguna otra. Es el producto del choque de todos los fragmentos de melodías, aires, sones, instrumentos, letras y pasos de baile que ha visto y escuchado en el cine, con los de la vida y con los que ella misma encuentra en virtud de su don. No es sólo cuestión de huir de la realidad, es algo más: es arte. Que trae su causa en la ineludible necesidad interior de adueñarse de la vida y de integrarla en su propio mundo. Una experiencia puede ser tan dolorosa que no haya palabras para expresarla, pero puede ser también utilizada por Selma como elemento artístico. Y como elemento del exiguo mundo del que es dueña y señora.
Bailar en la oscuridad
Lars Von Trier
Bailar en la oscuridad
Lars Von Trier
No hay comentarios:
Publicar un comentario