Heraclio tenía un tesoro que le habían dejado sus padres; eran dos grandes colmillos de marfil y dos bolas de marfil del tamaño de las sandías. “Nadie sabía lo que aquello significaba. Pero era un verdadero tesoro, porque no se podía vender. La gente cree que es tesoro todo lo que vale mucho, pero el verdadero tesoro es lo que no se puede vender. Tesoro es lo que vale tanto que no vale nada. Sí, el podía vender su tesoro a peso de marfil, pero el tesoro se perdería, vendería tan sólo marfil. El verdadero tesoro vale más que la vida, porque se muere sin venderlo. No sirve para salvar la vida. El tesoro vale mucho y no vale nada. En eso está el tesoro; en que no se puede vender.
Industrias y andanzas de Alfanhuí, Tercera Parte III
Rafael Sánchez Ferlosio
Industrias y andanzas de Alfanhuí, Tercera Parte III
Rafael Sánchez Ferlosio