Ahora me gusta recordar aquellos tiempos... Sí, me gusta recordarlos... Pero la verdad es que fueron malos tiempos. Ahora, al cabo de los años, en el recuerdo, así..., contada, incluso parece divertida la vida que llevábamos. Resultan divertidos los ensayos con mi hijo Carlitos, que a él y a mí tanto nos hacían sufrir, los enfados de Juanita Plaza... ¡Qué espléndida mujer! También era mona mi prima, Rosa del Valle. Si fuera sólo por unos días, me gustaría volver a aquellos pueblos, a aquellos caminos... A veces, en un pueblo estábamos hasta diez días, a comedia por día. Llevábamos veinte de repertorio. Y otras veces, en un solo día trabajábamos en dos sitios distintos. Venga de colgar y descolgar nuestros telones de casa rica, casa pobre y jardín.
Lo peor, aunque hoy todo me produce nostalgia, era la lucha por encontrar trabajo seguido. En cafés, en círculos, en casinos, en almacenes, en patios, en cuadras, donde fuera. Y la lucha contra el peliculero, contra el fútbol, contra la radio.
El viaje a ninguna parte
Lo peor, aunque hoy todo me produce nostalgia, era la lucha por encontrar trabajo seguido. En cafés, en círculos, en casinos, en almacenes, en patios, en cuadras, donde fuera. Y la lucha contra el peliculero, contra el fútbol, contra la radio.
El viaje a ninguna parte
Fernando Fernán Gómez
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