El interés de Nicolás por los asuntos sobrenaturales comenzó a manifestarse un par de años antes. Los Fines de semana que podía salir del internado, iba a visitar a las tres hermanas Mora en su viejo molino, para aprender ciencias ocultas. Pero pronto se vio que no tenía ninguna disposición natural para la clarividencia o la telequinesia, de modo que tuvo que conformarse con la mecánica de las cartas astrológicas, el tarot y los palitos chinos. Como una cosa trae a la otra, conoció en casa de las Mora a una hermosa joven de nombre Amanda, algo mayor que él, que lo inició en la meditación yoga y en la acupuntura, ciencias con las cuales Nicolás llegó a curar el reuma y otras dolencias menores, que era más de lo que conseguiría su hermano con la medicina tradicional, después de siete años de estudio. Pero todo eso fue mucho después.
La casa de los espíritus
Isabel Allende
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