Por entonces se apañaba mejor con las pinceladas de colores puros, sobre todo desde que pintaba sobre tela. Lo que más difícil le resultaba era yuxtaponer armónicamente cosas que en apariencia no tenían relación alguna entre sí.
No trataba de copiar la realidad, una silla, una calle, una mujer o un tranvía. Es cierto que a veces lo hacía, como ejercicio, y que el resultado era bastante bueno. Pero eran imágenes. Y él perseguía la realidad misma tal y como la veía, o, mejor dicho, tal y como quedaba grabada, sin su intervención consciente, en su imaginación.
La mirada inocente
Georges Simenon
No trataba de copiar la realidad, una silla, una calle, una mujer o un tranvía. Es cierto que a veces lo hacía, como ejercicio, y que el resultado era bastante bueno. Pero eran imágenes. Y él perseguía la realidad misma tal y como la veía, o, mejor dicho, tal y como quedaba grabada, sin su intervención consciente, en su imaginación.
La mirada inocente
Georges Simenon
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