Un hombre de 28 años vivía desde hacía diez años en hospitales psiquiátricos. Su diagnóstico era de esquizofrenia paranoide y, su síntoma principal, que escuchaba voces. A los médicos que lo trataban no les interesaba el contenido de las voces; se contentaban con administrarle medicamentos para que las voces desaparecieran, cosa que nunca se logró. Sin embargo la angustia de desintegración, los manierismos esquizoides y la manía persecutoria aumentaban. Lo conocimos en ese entonces, cuando nadie en el sector de la psiquiatría sabía qué hacer con él. Organizamos un taller de voz para él y otros esquizofrénicos que sufrían escuchando voces. Nuestra idea era que pasaran, de meros sujetos pasivos «sufrientes» de la psicosis, a ser activos, actores inspirados de sus propios miedos. Esta persona escuchaba constantemente las voces de los personajes de dibujos animados que había visto en su niñez. Le propusimos que una vez al día, durante un año, se vistiera con las ropas de cuando era niño, e imitase ante un micrófono las voces de sus personajes persecutorios.
Para él no se trataba de imitar, sino verdaderamente de encarnar a estos personajes. A veces se entregaba a la repetición de esas voces que lo amenazaban con mucho dolor y dificultad. Poco a poco fue identificando a los distintos personajes que hablaban en su cabeza y, a medida que comenzaba a nombrarlos, la experiencia se hacía más alegre y gozosa. A los ocho meses el hospital decidió darle el alta, pero en cada revisión nos recitaba las voces de aquellos personajes, expresando una alegría y libertad sin límites. Hasta el momento no ha necesitado volver a ser hospitalizado, está casado y trabaja; su principal distracción es grabar las voces que él «escuchaba cuando era niño» y mostrárselas a sus amigos.
Psicomagia
Alejandro Jodorowsky
Para él no se trataba de imitar, sino verdaderamente de encarnar a estos personajes. A veces se entregaba a la repetición de esas voces que lo amenazaban con mucho dolor y dificultad. Poco a poco fue identificando a los distintos personajes que hablaban en su cabeza y, a medida que comenzaba a nombrarlos, la experiencia se hacía más alegre y gozosa. A los ocho meses el hospital decidió darle el alta, pero en cada revisión nos recitaba las voces de aquellos personajes, expresando una alegría y libertad sin límites. Hasta el momento no ha necesitado volver a ser hospitalizado, está casado y trabaja; su principal distracción es grabar las voces que él «escuchaba cuando era niño» y mostrárselas a sus amigos.
Psicomagia
Alejandro Jodorowsky
1 comentario:
Desde que a alguien MUY cercano a mí le diagnosticaron esquizofrenia paranoide, estoy del todo al tanto de lo que pasa en ese mundo, pero sobre todo más todavía a lo que le pasa y cómo lleva el tema, casi cada instante de cada día, para saber si está en un momento menos peor o peor, sí, mejor también, pero sé, mirándola, que lo pasa mal, y eso que está medicada. La angustia es menor desde hace un tiempo, pero está latente, y sobre todo porque cuando se descubrió que tenía esa enferemdad infernal, fue porque se intentó quitar del medio, pero gracias a las cosas del azar, el milagro, pues se salvó. Y ahora queda salvarse cada día de esa cosa que ellos, los que sufren esto, NO quieren. Evidentemente hay muchísimas esperanzas de que se quite eso, pero hay que luchar mucho.
Un saludo y gracias por hacer cosas por esta extraña e indeseable enferemdad.
Álvaro
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