Ahora voy a distribuirles unos formularios. Indiquen, por favor, la clase de cocina y alojamiento que desean. Observarán una lista de instrucciones. Léanlas atentamente. El personal a su servicio es educado, aunque algo distante. Gozan de buenos sueldos, de modo que no traten de presionarles con propinas. Contemplamos esta tendencia con suspicacia, e investigamos celosamente los motivos de quienes ofrecen tales estímulos.
La máquina de matar
Jack Vance
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