Hasta que callaron los cañones de la Primera Guerra Mundial, Hollywood controló la gran mayoría de las ficciones en India. Fue con la llegada del sonido, en la década del treinta, que títulos como Alam Ara y Kismet comenzaron a insinuar el potencial del cine con sello propio. Ese mismo que terminó de despegar tras independizarse de Gran Bretaña en 1947, y que hoy tienta a espectadores de todo el mundo. Ese que desafía a la “fábrica de sueños” hollywoodense y a la larga tradición cinematográfica europea.
“Detrás de las costumbres, las ideas y los trajes exóticos, está el hombre y su existencia”, gustaba repetir a los occidentales Satyajit Ray, tal vez el cineasta indio más importante de todos los tiempos. Era su forma de darles la bienvenida al planeta Bollywood.
Planeta Bollywood
Fernando Amdan
“Detrás de las costumbres, las ideas y los trajes exóticos, está el hombre y su existencia”, gustaba repetir a los occidentales Satyajit Ray, tal vez el cineasta indio más importante de todos los tiempos. Era su forma de darles la bienvenida al planeta Bollywood.
Planeta Bollywood
Fernando Amdan
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