sábado, mayo 05, 2007

Pudor (Santiago Roncagliolo)

Sergio prefirió no responder. A veces, cuando papá se quejaba de la actitud de alguien, mamá decía «sus razones tendrá» y dejaba correr el asunto. Sergio pensó que el fantasma también tendría sus razones para decir esas cosas de los muertos, y además así, con medio calzón afuera de la ropa, escupiendo al hablar sobre la foto de la enfermera que sonreía con el dedo en la boca. Pero el fantasma sólo se quedó un momento en esa posición. Después se volvió hacia Sergio, una vez más como si acabase de notar que estaba ahí.
—Yo sé quién eres —le dijo—. Tú también estás muerto.
Luego vino una enfermera con una máscara en la cara y echó del cuarto a Sergio. Era una máscara blanca, como el silencio de los hospitales.

Pudor
Santiago Roncagliolo

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