Es verdaderamente extraño lo que les ocurre a los cowboys. Yo renuncio a entenderlos. Diríase que se hallan en plenas vacaciones. ¿Qué opina usted de eso? Hemos cambiado los turnos, hemos reducido las horas, hemos rebajado de servicio a éste y a aquél, alquilando peones, hemos hecho, en fin, cuanto podíamos hacer. Y así y todo esa idea de las vacaciones ha ido arraigando. Cuando Stewart se cerró a la banda, los muchachos comenzaron a enfermar. En los años que llevo de ganadero no había oído tantos padecimientos. Es digno de verse lo perniquebrados, tullidos y decrépitos que se sienten la mayoría de ellos. ¡Pensar que un cowboy me ha venido a pedir un día de asueto porque tiene un panadizo en un dedo! Ahí está Booly... Yo he visto a ese cowboy rodar por una barrancada con el caballo encima, y después levantarse tan fresco. Ahora tiene una ampolla en el talón, una ampolla causada por el roce de la bota... Y dice que si no descansa le sobrevendrá una gangrena. ¿Y Jim Slade? Se acaba de dar cuenta de que padece una afección que, según dice, se llama gandulitis espinal o algo así.
Bajo el cielo del oeste
Zane Grey
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