Todo lo de antes del principio se imponía, se levantaba como la niebla o, más bien, caía como la niebla sobre todo lo demás, borrando todo lo demás, pasado y presente. Porque para hacer presente todo lo pasado, con un relato simple, torpe por falta de costumbre y por algo más inexplicable aún, por costumbre de relatárselo a sí misma a diario, durante doce años. Relatar, repasar los puntos capitales, pero teniendo en la mente, entre las imágenes que brotan a cada idea, a cada recuerdo, a cada fase o tono del recuerdo total, el fondo sin principio de la propia vida, la infancia: eso que llamamos la infancia cuando sabemos llamar a las cosas por su nombre (...)
Barrio de Maravillas
Rosa Chacel
Barrio de Maravillas
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