La verdadera emoción estética, sólo se produce en quien no está dispuesto a tenerla y no ha preformado el gesto de admiración. Se hace uno el siguiente razonamiento: si, en efecto, hay tantas cosas bellas como se dice, una de dos: o su belleza nos mataría de tanto conmovernos, o es la belleza una sustancia tan tibia e inocua que no merece la pena de hablar de ella. Yo creo que se ha perdido el sentido del arte a fuerza de multiplicarlo y abaratarlo. Cuánto mejor considerar el arte como una aventura que sobreviene alguna que otra vez, muy raramente. Por lo pronto es una sorpresa. Vamos por la vida ocupados en nuestros asuntos y de repente algo nos arrebata, nos saca de nuestro quicio, nos infunde un frenesí, nos arrastra como el vendaval divino a los profetas hacia una localidad extramundana. No hay arte sin éxtasis en el sentido más riguroso de la palabra, que es “estar fuera de sí”.
Notas de andar y ver
Notas de andar y ver
José Ortega y Gasset
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