Los escritores que han preferido permanecer en su suelo natal y seguir escribiendo pese a la despiadada presión a que los someten para que emigren son unas figuras extrañas y anacrónicas en estos tiempos, tal vez no menos extrañas y anacrónicas que sus opresores...
La insistencia de esas personas puede ser una inspiración para algunos, pero es sin duda un estorbo para otros, y no sólo en el aparato opresivo, sino también en Occidente, pues los llamados disidentes defienden al parecer unos valores en una época en que la actividad principal parece ser el aumento del capital para invertirlo en tecnología.
No hace falta decir que en Occidente no todo el mundo, ni mucho menos, defiende los derechos humanos, y que en el apoyo occidental a los disidentes del Este hay más hipocresía de lo que a uno le gustaría creer. No obstante, si hemos aprendido algo en los últimos cuarenta años es que, para luchar por esos derechos (y sin ellos la acumulación de capital no es más que la construcción de otra prisión moderna), hay que luchar dondequiera que sea necesario.
Al Correr de los Años
Arthur Miller
La insistencia de esas personas puede ser una inspiración para algunos, pero es sin duda un estorbo para otros, y no sólo en el aparato opresivo, sino también en Occidente, pues los llamados disidentes defienden al parecer unos valores en una época en que la actividad principal parece ser el aumento del capital para invertirlo en tecnología.
No hace falta decir que en Occidente no todo el mundo, ni mucho menos, defiende los derechos humanos, y que en el apoyo occidental a los disidentes del Este hay más hipocresía de lo que a uno le gustaría creer. No obstante, si hemos aprendido algo en los últimos cuarenta años es que, para luchar por esos derechos (y sin ellos la acumulación de capital no es más que la construcción de otra prisión moderna), hay que luchar dondequiera que sea necesario.
Al Correr de los Años
Arthur Miller
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