Estoy listo para descender al mar, pero antes admiro el paisaje que me ofrece la costa de Labrador. En frente mío veo las dos colinas de la Isla de Saddle, cerca de la isla el caso metálico del Bernier, un barco hecho en los años 60; a la izquierda, las pequeñas casas multicolores de la villa de Red Bay se agarran a las costas escarpadas; en la orilla las cabañas de los pescadores, soportadas por troncos.
Mi vista se torna hacia el mar, que aparece entre la isla y tierra firme; está lleno de icebergs, algunos pequeños, otros inmensos. A mí me gustan los icebergs. Tienen todos formas diferentes, esculpidas por los vientos y las aguas del mar. Tienen unos tonos de azul que me recuerdan....
"Robert Grenier, es hora de entrar al agua" Este llamado me trae a la realidad. A trabajar! Tomo una bocanada de aire fresco, el último por las próximas dos horas, me ajusto la máscara y los guantes y me lanzo hacia el agua helada...
Entro en un mundo totalmente diferente. Un mundo de silencio. Tengo en mi cintura 20 kgs de lastre que no me pesan nada. Tengo la impresión de volar!
El fondo de la Bahía se aparece poco a poco. Las imágenes fantasmagóricas del sitio arqueológico que yo dirijo se hacen más claras. Son imágenes mágicas: miles de pequeñas burbujas se van a la superficie, emanan de seis buzos que se afanan trabajando sobre grandes cuadros metálicos.
En el fondo de la Bahía, llaman mi atención los largos trozos de madera marrón o negra. Son los pedazos de un buque, el más antiguo jamás hallado en Canadá! Es un navío Vasco venido de Europa para cazar ballenas hace más de 400 años. Hace cuatro años que mi equipo de arqueólogos subacuáticos de Parks Canada trabajan sobre este pecio.
Los arqueólogos de patas de rana
Marc-André Vernier y Robert Grenier
Mi vista se torna hacia el mar, que aparece entre la isla y tierra firme; está lleno de icebergs, algunos pequeños, otros inmensos. A mí me gustan los icebergs. Tienen todos formas diferentes, esculpidas por los vientos y las aguas del mar. Tienen unos tonos de azul que me recuerdan....
"Robert Grenier, es hora de entrar al agua" Este llamado me trae a la realidad. A trabajar! Tomo una bocanada de aire fresco, el último por las próximas dos horas, me ajusto la máscara y los guantes y me lanzo hacia el agua helada...
Entro en un mundo totalmente diferente. Un mundo de silencio. Tengo en mi cintura 20 kgs de lastre que no me pesan nada. Tengo la impresión de volar!
El fondo de la Bahía se aparece poco a poco. Las imágenes fantasmagóricas del sitio arqueológico que yo dirijo se hacen más claras. Son imágenes mágicas: miles de pequeñas burbujas se van a la superficie, emanan de seis buzos que se afanan trabajando sobre grandes cuadros metálicos.
En el fondo de la Bahía, llaman mi atención los largos trozos de madera marrón o negra. Son los pedazos de un buque, el más antiguo jamás hallado en Canadá! Es un navío Vasco venido de Europa para cazar ballenas hace más de 400 años. Hace cuatro años que mi equipo de arqueólogos subacuáticos de Parks Canada trabajan sobre este pecio.
Los arqueólogos de patas de rana
Marc-André Vernier y Robert Grenier
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